El juicio de fondo que sigue a Gabriel Mora (Canoa) y Eddy Morfe por uso indebido de $189 millones mientras ejercieron la función de directores de la Junta del Distrito Municipal de Cabarete se inició el pasado 23 de enero y la semana próxima cumplirá 8 meses.
Al ritmo que lo llevan las juezas Rosa Francia Liriano, Irina Ventura y Venecia Rojas y lo lleva el tribunal colegiado de Puerto Plata es posible que el 23 de enero del 2015 convoquemos frente al Palacio de “Justicia” de esa ciudad una fiesta de cumpleaños incluyendo un gran pastel con un velón.
Como dato que esto se lleva como “suero de miel de abejas”, en la audiencia del pasado 21 de julio, seis meses después de la fecha formal de inicio, se terminó de leer la acusación presentada por el Ministerio Público.
Actualmente el ritmo que lleva la corte es de una audiencia por semana. Me preguntó ¿por qué no hace el juicio en días corridos hasta concluir? Es lógico pensar que eso es lo adecuado para los testigos, abogados y jueces.
Hace poco hice un recuento del relajo montado por Canoa y Morfe turnándose para provocar posposiciones sucesivas de las audiencias “enfermándose”, sin que el tribunal hiciera nada para confirmar estas sospechosas enfermedades de personas que el día antes y al día siguiente se paseaban por la comunidad.
Más recientemente hubo problemas por la inasistencia de dos testigos importante, Nicolás Domínguez y Guarionex Sánchez. Me sorprendió que la corte hiciera las gestiones para obligarlos a asistir a la convocatoria.
Domínguez y Sánchez asistieron a la audiencia de ayer pero cuando los llamaron para el interrogatorio, la audiencia fue suspendida porque al abogado defensor de Canoa, Rolando Martínez, le dolía la cabeza. El juicio seguirá el próximo 21 de agosto.
Los seguidores de Canoa en Cabarete no pierden las esperanzas de que su líder salga ileso y circulan rumores asegurando que el juicio “está arreglado”. No falta quienes le crean, quizás porque las cortes puertoplateñas en combinación con autoridades y líderes locales, durante años han tratado muy bien a Canoa.
Los rumores explican lo que ocurre en el juicio y el uso de tácticas dilatorias (“enfermedades” sucesivas, “dolores de cabeza” y la ausencia de testigos). Obstaculizan la marcha del proceso esperando que ocurra “algo” o se produzcan “cambios” en el escenario.
Considerando el trato benigno recibido en los tribunales de Puerto Plata, el cambio esperado debe ser en otro ámbito. Quien lo ha puesto a la puerta de una condena es el Procurador General. Quizás Canoa espera la sustitución de Francisco Domínguez para que el sucesor le afloje la soga. En eso tienen razón, porque sin su intervención, el Mago de Cabarete no estaría ante la justicia.
